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LA HISTORIA DIVINA DE JESUCRISTO

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CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS

LA SAGRADA BIBLIA

 

GÉNESIS DE LA SALVACIÓN DE LA PLENITUD DE LAS NACIONES.

Capítulo 10

Los pueblos descendientes de Noé.

LA ESPADA DE FUEGO

 

Esta es la descendencia de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet. De éstos se poblaron las islas de las gentes en sus tierras, según sus lenguas, familias y naciones. Hijos de Cam fueron: Cus, MisraimPut y Canán. Cus engendró a Nemrod, que fue quien comenzó a dominar sobre la tierra, pues era un robusto cazador ante Yavé, y de ahí se dijo: “Como Nemrod, robusto cazador ante Yavé.” Fue el comienzo de su reino Babel, Ereq, Acad y Calne, en tierra de Senaar.  De esta tierra salió Asur, y edificó Nínive, RejobothirCalaj y Resen, entre Nínive y Calaj; ésta fue la ciudad grande. Misraim engendró a los Ludim, los Anamim, los Leabim y los Naftujim, los Petrusim y los Caslujim y los Caftorim, de los cuales salieron los Pilistim….

 

 

La reflexión pide permiso en este capítulo. No tanto para negarlo escrito anteriormente cuanto para afirmar lo expuesto sobre el número de personas que  acompañaron a Noé y sus hijos en el Arca.  Todos los nombres son de varones, ¿dónde estaban ellas? ¿Se casaron las primas con los primos? ¿Los hijos se casaron con las hijas de sus hermanos? ¿Fueron los inquilinos del Arca  incestuosos por necesidad? ¿Fue el incesto entre hermanos y hermanas la dinámica reproductora de la que surgieron  los padres de Cristo?

La respuesta surge de la propia leyenda en torno al último príncipe de la Listas Reales: Sumeria, Acadia y Babilonia. Pero como esto ya lo he tocado en el capítulo anterior no veo necesario insistir  en el hecho del Patriarcado de Noé como Jefe de un Estado Tribal establecido sobre un ejército de guerreros, con sus familias, este cuerpo con su cabeza entera entrando en el Arca y saliendo luego de él para reproducirse sin límite alguno por la parte ni de la Naturaleza ni de Dios.

La ausencia de seres humanos en la zona de las Cuatro Regiones de Mesopotamia liberó la multiplicación de aquellas familias. La guerra es la guadaña que siega el aumento de la población en el mundo; libres de ella, las numerosas familias que acompañaron a Noé en cuanto salieron del Arca se reprodujeron a velocidad fantástica. Basta imaginarnos el boom tras las guerras mundiales del Siglo XX, cuando tener  un hijo fue casi una vergüenza, para elevar el traer al mundo una docena de hijos a bendición del Dios y Salvador de Noé, a cuya bendición se acogieron ellos y ellas para no fallar el tiro.

Desde esta dinámica reproductora libre de la Muerte, que Dios establece para todas las familias dese el Origen del Hombre, cabe la gran cuestión: ¿De no haber entrado la Guerra en el horizonte de la Civilización Mundial cual sería el número de seres humanos que llenaríamos al presente la Tierra? Cuestión que nos lleva a abrir el velo del futuro y ver que el Proyecto de Creación del Hombre a la imagen y semejanza de los hijos de Dios tenía abierto el Salto de nuestro Mundo de la Tierra a los Cielos, Victoria que la Omnisciencia de nuestro Creador nos daría, y sin la cual, como vemos al Presente, sin SU Omnisciencia nos ha sido y nos sigue siendo físicamente imposible.

La Bendición productora sin límites desde el Principio establecida, una vez superada la Fase del Dominio sobre todas las ramas del Árbol de la Vida en la Tierra, no para la destrucción de todas sus Ramas, que hemos llevado a cano y estamos a punto de finalizar con existo, para nuestra vergüenza, dominio en la convivencia con el Árbol de las especies del que somos su fruto, este Dominio llevado al triunfo la siguiente fase por nuestro Dios establecido en su Presciencia era el Salto a los Cielos de la Mano de su Omnisciencia. Salto que fue abortado por la Traición de la Casa de Satán, y por la Transgresión del padre de Noé en lugar de ese Salta Maravilloso a las estrellas  nuestro mundo fue condenado a arrastrarse por la Tierra de guerra en guerra hasta ser la causa de nuestra propia destrucción.

Es el Futuro que perdimos. Es el Futuro que tuvimos al alcance de la mano, y cuando ya tocábamos los Cielos con las puntas de nuestros dedos la locura del padre de Noé, el Adán-Alulim de los Sumerios, declararse un dios al servicio del Dios de dioses, en su nombre heredando el Poder sobre la Vida y la Muerte, por su condición de dios más allá de la Ley, aquel Futuro se desvaneció de nuestros manos como agua que no puede ser contenida por dedos de barro. “Polvo eres y al polvo volverás”. De tocar las estrellas a hundirse en  una Tierra  condenada a ser el cementerio del Género Humano, el exterminador de toda vida sobre su superficie, el asesino de su propia especie, una especie enloquecida que se alzó contra el árbol que le dio la vida y se juró meterle fuego.

NO habría de consumarse semejante locura por un pueblo de otro mundo sembrado en la mente humana. De aquí que Dios pusiera delante del “Árbol de la Vida  un querubín con una espada de  fuego”, no para quitarnos la vida sino para que no nos la quitásemos a nosotros mismos. ¿Cuántas veces lo hemos intentado, destruirnos a nosotros mismos, cometer el mayor crimen imaginable, la autodestrucción, delito que ni el propio Satán concibe: destruirse a sí mismo?

Desde el primer momento que Dios sintió la Traición a su Voluntad, de aquella generación malvada de hijos, como un lanzazo en pleno pecho entrándole en el mismo corazón, habiendo jurado por su Gloria y Honor que un hijo de Eva se alzaría para aplastarle la cabeza a la Serpiente Maldita que parió un Dragón en la Tierra,  desde ese mismo momento en que Fios asumió su responsabilidad como Señor de aquel “toro que había acorneado antes”, estableció en ese Amor, “por el que no se detuvo ante la Cruz de su Hijo Amado”, protegernos de nosotros mismos.  Mediante la Imagen de aquel Querubín  armado con una espada de fuego nos anunció Dios que nada ni nadie consumaría su Amenaza de destruir su Creación, nosotros, el Hombre.

¿A qué juegan, pues los herederos de la Serpiente que desde el Norte escupe veneno por su boca, y los hijos del Dragon que desde el Este lanzan su fuego de guerra contra el futuro de nuestra Civilización? ¿Creen que podrán poner de rodillas a Dios, nuestro Rey y Padre?

Y vosotros que dormís en el cementerio de la Fe, y andáis como fantasmas buscando la salida de la tuba a la que os habéis condenado en vuestra demencia atea, ¿a qué viene vuestra Miedo? Escondéis vuestra cobardía en el Miedo, en la Prudencia, en una diplomacia cuya sangre llena las calles de Ucrania. ¿A quién pretendéis engañar? ¿Creéis que el Todopoderoso y Omnisciente Creador de Cielos y Tierra no conoce vuestros corazones, y vuestra cobardía? ¿Huyó acaso del Terrible Príncipe del Infierno, rey y señor del mundo por un Día, el Hombre que nos vino de Dios? ¿Qué hacéis, esconderos tras las faldas de mujeres,  invocar al dios del dinero, ocultar vuestros temblores tras una máscara  de valentía? Cuando abominasteis de Dios y os entregasteis a la Ciencia, la esclava del Poder, renunciasteis a lo que hace al Hombre un Ser amado por su Creador, ¿y creéis que  salvareis al mundo vendiendo a Ucrania? Aborrecisteis a Cristo y adoráis a Judas, ¡sea, sobre vuestras cabezas la sangre de los inocentes!

Dio no ha retirado su Protección del Hombre que ha creado a la Imagen y Semejanza de Cristo, y todo el que se levante para ponerle fin a su Existencia  se achicharrará en el Fuego, pues quien toca al Hombre por Dios engendrado se levanta contra su Creador.

Como Ayer, mujeres y hombres, multiplicaos, reproduciros sin límites, no escuchéis a los que maldicen la Bendición de Dios y se han conjurado para matar a nuestros hijos estando aún en nuestras entrañas. Son siervos del Enemigo de Dios y del Hombre, semilla maligna que sirve a quien para salvarse se encontró en el Deber de destruir al Género Humano. En la Bendición de Dios está la Vida, todo el que se opone a su Bendición sirve a la Muerte.

De Dios es la Tierra y todo lo que contiene; Él puede hacer que los desiertos se conviertan en vergeles; como Él abrió el cielo para que las aguas del abismo inundasen aquel mundo de animales racionales de los que el Hombre  fue desterrado, Él puede abrirnos las puertas de los Cielos para que admiremos su Obra, nuestro Universo, y nos maravillemos de su Gloria, Poder y Ciencia.

Levantaos, pues, y hacedle frente a la Vasa de Satán, del Norte y del Este, pues la nación y el pueblo que no se convierta al Reino de Dios y no doble las rodillas ante el Rey que Dios le ha dado a su creación entera, poniendo en sus manos el Señorío de todas sus obras, ese pueblo y esa nación serán borrados del Libro de la vida. El Nombre del Rey está en los labios de la Iglesia Católica, la Madre de su Descendencia en el espíritu de inteligencia, JESUCRISTO.

01.05.2022

 

C.R.Y&S

 

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